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Presentación

Nocturno Poético es un blog creado para hacer un homenaje a Amanda Betancur Arroyave, mujer emprendedora y pujante de La Estrella quien se ha dedicado a hacer hermosos poemas simplemente con la intención de expresar sus sentimientos al mundo. Aprovecharemos este espacio para hacer reproducción de sus bellos textos, acompañados de una corta biografía, el audio de cada uno de los poemas y tres columnas de opinión de cada uno de los autores sobre un tema específico de alguno de los poemas.

Para cualquier amante de este género literario este espacio representará una excelente oportunidad para leer excelentes representaciones del mismo. Sólo queda disfrutar de esta linda poesía

Amanda Betancur Arroyave




Amanda Betancur nació el 27 de noviembre de 1949, en el municipio de San Pedro de los Milagros, Antioquia.
Vivió hasta sus nueve años en dicho municipio con una familia adoptiva  y luego viajó al Valle de Aburrá  para vivir con sus verdaderos padres: Jesús María Betancur y  Carolina Arroyave, así como con ocho hermanos más, en el municipio de La Estrella, Antioquia.
Curso sus estudios primarios en la Escuela Manuela Beltrán de dicho municipio y al terminar los primeros cinco grados, fue obligada por su padre a cumplir con las labores domesticas de la casa, como era la tradición de aquellos años, recayendo en  la hija menor.
Su infancia la vivió en algunas fincas, pues su papá era mayordomo y cuando consiguieron la casa que hoy en día es su hogar, fue la encargada de cuidar los animales que tenían para vender, así como una tienda en el mismo sitio.
En su juventud estuvo en un  convento en Bogotá, aprendiendo mucho de las monjas que se encargaron de cuidarla, sobretodo en lo concerniente a la poesía, al arte de escribir y el apasionamiento por la lectura.
Se casó a los 40 años, cuando ya tenía una de sus dos razones para vivir, su hija Margarita. De este matrimonio con el señor Fabio Trejos, nace su segunda mayor razón, su hijo David.
Sus estudios secundarios los culminó en el 2008 en la Institución Educativa Bernardo Arango Macías de La Estrella, cuando cumplió 59 años, graduándose como mejor bachiller académica de la jornada nocturna y  siendo reconocida por todos sus compañeros como una mujer luchadora. 
Durante sus estudios secundarios profundizó mucho sobre sus conocimientos sobre escritura y poesía, apoyada por su amigo y profesor Iván Graciano Morelo Ruiz, un hombre apasionado por las letras y quien escribe su propio periódico titulado La Tagua.
En ese lugar, su amor por aquel arte llegó a ser muy grande. Estando en grado 11º, fue recomendada para  recitar sus poemas en jornadas culturales y académicas de la institución, así como se le encomendaba escribir ocasionalmente para los periódicos escolares.
Fue en aquel año (2008) cuando la Casa de la Cultura del Municipio de La Estrella realizó una recopilación de algunos poetas del municipio, entre los cuales se encontraba Amanda, quien destacó entre los seleccionados por la riqueza de sus escritos.
Ella es una mujer sencilla y de enorme amabilidad para aquellos que han gozado de su buena compañía. En sus escritos plasma historias de amor, desamor, tristeza, alegría y lucha que generan diferentes sentimientos entre aquellos que han sabido entender el significado de sus palabras.


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Yo sí recuerdo … Por Jesús David Trejos

¿Y quién en la vida no ha leído un poema que lo haga suspirar?

¿Quién no ha sentido que así como con una canción, un poema le trae a la mente algo que le pasó?
Yo la verdad no se mucho de poesía, pero si me identifico con muchos de estos bellos escritos que hacen que momentos, personas, fechas o sentimientos lleguen a mi mente y se queden, incluso para dedicarlos.

Hay un poema en particular que me gusta mucho. Su título es “Recuerdo”, y me hace pensar que muchas veces nos quedamos apegados a algo en nuestras vidas y pocas veces, pese a querer superarlo, lo conseguimos porque, como dicen por ahí, “olvidar es superar”.

Es increíble estar tan apegados a una cosa en particular, bien sea un amor o un desamor. Es correcto querer hacer todo con un fin, pero es demasiado difícil no conseguirlo, o hacerlo y que tu fin no se cumpla.

“Te recuerdo en el llanto y en la risa, en la estrella, en el verso, en la rosa”. Es tan cierta esta frase que hace que me identifique con ella. No es el hecho de decir por quién, sino qué hace que piense en aquellos que me he negado a dejar y si bien es cierto que para cada persona es diferente el modo de afrontar los hechos.

Es triste dedicar estas bellas palabras para alguien que te ha dejado, pero no en mi caso. Quiero dedicar esas líneas a su propia escritora, mi madre, que es la persona que más amo y a quien agradezco a diario por hacerme tan feliz.

Dedícalas, a tu amiga, a tu novia, al hombre que te hace feliz o simplemente a tus amigos. Quizá algún día podamos entender el poder que tiene un recuerdo, más aún, lo que formó ese recuerdo. Quizá ese día seamos tan valientes que podamos afrontar nuestros errores y al fin podamos conocer el significado de la palabra felicidad.

Angustia ... Por Daniela Rios

Después de detenerme un momento a leer cada uno de los poemas, escogí  aquel con el título de “angustia”. No pensé que fuera a llamarme la atención porque soy una persona muy alegre y no me gusta leer cosas deprimentes, pero la verdad al adentrarme en el poema descubrí que dice cosas mucho más bellas que lo que uno puede llegar a imaginarse con sólo pensar en dicho título; me llevé una grata  sorpresa leyendo el poema y me sentí identificada también.

Es un poema que a pesar de su melancolía, es romántico e intenso. Amanda deja claro lo duro que fue para ella tener que olvidarse de un ser amado, en éste caso porque su padre así lo quiso, aún sin yo saber a fondo si fue una decisión equivocada por parte de él o más bien era para el propio bien de Amanda. Tomo éste poema para interiorizarlo y me llega al fondo de mi corazón, pues yo también he vivido esa situación similar, donde mis padres no admitieron que yo estuviera con alguien a quien quería mucho.

La frase con la que cierra el poema es la que más me gusta: “Siempre te adoraré, yo te lo juro”. Allí podemos apreciar que detrás de ese dolor, el amor siempre perdurará y eso es lo que cuenta, el cariño que una persona puede ganarse no puede ser arrebatado, así sea que por cualquier motivo no puedan estar juntos nunca.

Por otro lado quiero resaltar que estos poemas se hacen más entretenidos por ser concretos y cortos, con un vocabulario muy informal que cualquier persona entenderá fácilmente. Estos poemas hechos por Amanda reflejan épocas de su vida y es esto lo más bonito de sus escritos, pues he allí la pasión del escribir, no porque sí, sino que hizo cada uno por un motivo, así como decía ella, "para no pensar, me desahogaba en el papel y el lápiz".

Se va como "El Turpial" ... Por Luis Felipe Barrada C.

Todos en algún momento de nuestras vidas hemos sufrido por un desamor. Como seres racionales que somos, establecemos relaciones sociales con nuestros semejantes para sentirnos parte de la sociedad; dicho de otra manera, buscamos cariño y reconocimiento en quienes pensamos que nos lo pueden dar. El problema surge cuando dentro de esas experiencias nuestro corazón es partido en mil pedazos, ya sea porque a quien nosotros queremos no nos quiere de la misma manera, o porque simplemente nuestra persona amada tomó otros rumbos.

Dicen muchas personas al respecto: “nada más difícil que superar el amor perdido”. ¿Tienen razón? Esa es una pregunta que no puedo responder, pero desde mi propia experiencia de vida si puedo decir que el sentimiento que queda tras un desamor es algo que no se le desea ni al peor enemigo.

Y aunque este sentimiento pudo haber sido provocado por diferentes factores, es indudable que cuando se habla del desamor, uno de ellos (además del engaño), causa un dolor aún más profundo: el abandono.

No quiero decir que las otras razones no duelan, pero ésta especialmente hace sentir a la persona quien lo padece muy poco querido, ya que no sólo se  pierde al ser amado, sino que la soledad termina por invadir nuestro ser y nos hace sentir como si nuestra vida valiera poco.

Y a pesar de que no soy muy amante de la poesía, creo que no hay mejor forma de describir un sentimiento que con un poema que logre transmitir todo eso que sentimos y que queremos contar al mundo. Este es el caso de “El Turpial”, realizado por Amanda Betancur Arroyave, residente del municipio de La Estrella, donde logra hacer recordar el ser amado a quienes han sufrido su partida, personificándolo en este bello pajarito.

“… un turpial triste cantaba su melodía de amor y un poquito de esperanza. Esperanza en que regrese el amor que se había marchado hacia una tierra lejana dejándolo abandonado”. Y así como este turpial, muchas personas se han sentido inmersos en la tristeza por la falta de quienes aman. Sin embargo, nosotros como personas llenas de sueños, expectativas y ganas de progresar, debemos hacer todo el esfuerzo por superarlo y seguir adelante en ese difícil mundo del amor, ya que con un desamor aún sin curar, el panorama no es muy alentador.

Así que señoras y señores, no se dejen amilanar por esta clase de situaciones. Salir de ellas no es nada sencillo, pero con mucha perseverancia y motivación, todo es posible. Porque ¿hay algo más bonito que estar feliz al lado del verdadero amor? 

Soberbia

“Algunas personas piensan que hay novelas muy cursis, pero no se imaginan que muchas de éstas historias narraban los verdaderos sentimientos de los jóvenes de aquellas épocas”, cuenta Amanda mientras mira este poema. Agrega nuestra poetiza que escribió “Soberbia” por un muchacho del que se volvió muy buen amigo y por el cual llegó a sentir más que una simple amistad; sin embargo nunca se lo dijo y el día que quiso hacerlo, justo en el mismo momento él le dijo que tenía una novia, quien inclusive hoy en día es su esposa.





Yo lo amé y quizá él nunca lo sepa,       
                                  
porque yo jamás diré a nadie mi secreto;

mi amor imposible solo yo lo comprendo,

y si lo llegara a saber algún intruso

no lo comprendería y trataría de volverlo risa.

No podre decirlo a él, porque su corazón ya tiene dueña,

y yo sé amar pero jamás me humillo;

no podría soportar que me mirara

como quien mira a una chiquilla,

y que en sus ojos comprendiera lo que piensa.

No lo hago por amor, es por orgullo,

yo prefiero que piense que soy soberbia y no me humillo.

Angustia

Dice Amanda sobre su poema: “Cuando escribí este poema, yo estaba en un convento en Bogotá y fue el primero que escribí cuando recién empecé a estudiar allá. Mi papá me mandó a ese lugar,  justo para que no pensara en un novio que yo tenía”.





Angustia de un querer que es mi tortura,

que me hace padecer y me enloquece,

angustia de un querer que es mi locura

y que al quererte olvidar mucho más crece.

Angustia de éste amor que es mi tormento,

porque mi amor es único y es puro

bajo la enorme cruz de mi quebranto

siempre te adorare yo te lo juro.

Amor Imposible


Este poema tiene una particularidad especial. En el momento en que su autora lo escribió, había un hombre profundamente enamorado de ella; todos los días le pedía que formalizaran una relación, pero las cosas nunca se dieron, porque ella estaba enamorada de otro hombre y tal como lo dice: “Yo trataba de ignorarlo y todos los días le decía que yo no quería nada con él, pero no entendía”.






Son nuestras vidas: 

Como las orillas opuestas de la inmensa carretera

que marchan frente a frente

y que se miran sin encontrarse nunca en su carrera.

Parece al contemplarse que a lo lejos

se juntan  en un punto sus caminos,

pero jamás convergen los destinos

que han sido proyectados paralelos.

Yo, soy la sangre que va por las arterias,

de un rojo vivo, prueba de pureza;

tú, la que se desliza por las venas

oscura, ennegrecida en la vileza.

¿Cómo puedes pedirme que me una

a tu existencia turbia advenediza,

y que mi sangre pura, su rojiza tonalidad

 sea enlutada con tu bruma?

No insistas por favor;

agua y aceite no pueden disolverse ni con magia,

tu enfermedad de amor no me contagia,

marchemos separados a la muerte.

Amor Amargo


Este poema es el reflejo de la que quizá es la situación de muchas personas que se vieron engañadas por un amor,  pero peor aún, uno que se alejaba y luego volvía, dejando de lado los sentimientos del afectado y convirtiéndose en algo dañino para quien lo padece. Ésta es la razón de ser de este poema, ese amor que se vuelve egoísta y no deja sanar una herida que día tras día es abierta y se desangra.






Amor, amargo amor... 

Llamas de nuevo a este corazón que ayer fue tuyo,

mas contra ti como coraza llevo

la rebelde amargura de mi orgullo.

Quise soñar, reír y compartir contigo

toda la ilusión de nuestras vidas,

pero tu me azotaste como el señor que azota

al perro humilde que lamio su huella.

Alcé entonces del polvo la cabeza

y quise luchar contra el destino

marque dolores y pague alegrías

allí, bajo el amparo de una buena sombra,

allí  bajo los pies del crucifijo

tendí mu juventud como una alfombra.

Hoy que ya ha pasado el tiempo

y no hay en mi vergel rosas ni espinas,

amor, amargo amor…no me persigas,

no me arrebates la quietud inerte,

la trágica quietud en que yo vivo,

llegare con su nombre hasta la tumba

llorosa y taciturna pero altiva.

El Turpial

Esta historia nace de un trabajo que tenían que hacer para el colegio Amanda y sus compañeros cuando estaban en décimo grado en 2007. Éste consistía en describir el ave favorita de cada alumno y hacer un escrito de seis páginas donde contaran todo sobre él. Nuestra poetiza escogió el turpial y fue tanta la información que recolectó, que luego un amigo le pidió que escribiera algo para su novia que lo había abandonado y “El Turpial” fue perfecto para la ocasión. 

                                                              




En la lejana montaña
un turpial triste cantaba,
su melodía de amor
y un poquito de esperanza;
esperanza en que regrese,
el amor que se había marchado
hacia una tierra lejana
dejándolo abandonado.
Y en su canto llora y pide:
regresa mi  amor regresa
que me siento aniquilado.
A mi lado encontraras
semillas de grano fino,
agua fresca de la fuente
un nido lleno de amor
ternura y palabras tiernas.
Regresa mi amor regresa
que me siento abandonado.

Idioma


Tal como lo dice la autora: “¿por qué no escribirle a eso con lo que nacemos en esta parte del mundo, a lo que simplemente nos deja ser alguien?  Es por eso que escribí este poema: me siento muy orgullosa de haber nacido en Colombia, un país con uno de los idiomas más bellos”.





En inglés y en castellano

cuatro letras son el nombre

de un sentimiento humano;

que como en la poesía van juntitos como hermanos

y dentro del corazón 

van cogidos de la mano,

para cantarle a la vida

o llorar por ella un rato,

para sentir alegría o  tristeza si es el caso.

Y  es que el idioma español

siempre ha sido una poesía,

para cantarle al amor 

y llorar con su porfía

para alegrarnos el alma

o hacernos la vida fría.

Recuerdo

De todas las historias, quizá ésta es la más triste. El poema tiene palabras de recuerdo, deja ver en sus letras lo mucho que se extraña a una  persona. Aquel hombre al que va dirigido es un hermano de la autora, Jesús Betancur, el más mas cercano y amoroso a Amanda, quien fue asesinado bajo extrañas circunstancias. Cuando él murió, dejó una niña de cuatro años de edad y una esposa que lo amaba profundamente, así como una hermana que todavía lo extraña demasiado.





Te recuerdo en el llanto y en la risa,
en la estrella, en el verso y  en la rosa,
en la opulenta copa que reboza,
 y en el trozo de pan que se precisa.
En la luz que gasto la mariposa
para ser mariposa y no ser brisa,
en la tranquilidad que se improvisa
y en la diaria inquietud que nos acosa.
En la noche que sube hasta la frente, 
en el cielo enastado en la oración,
en la angustia que rige cada paso,
 en el rojo cansancio del ocaso
 y en el cansancio de mi corazón.

Soñar

Este poema fue escrito en un momento muy difícil de la vida de la autora, en el cual un muy querido amigo suyo, David Tirado, fue secuestrado y asesinado. Su cuerpo nunca fue entregado a su familia para ser enterrado. En 1983 Amanda escribió este poema y lo leyó por primera público en una misa en memoria del joven, siendo impreso a su vez para cada uno de los asistentes.








Si pudiera soñar con el olvido,
sería feliz al olvidar tu nombre,
que se fuera perdiendo tu sonrisa.
Quiso el viento desvanecer tu rostro,
pero mi mente  y corazón  se niegan
 a dejarte marchar de mi memoria.
 Sombra fugaz unida al pensamiento,
 ilusión de amor y ternura
 quimera fugaz que arrasa el viento.